miércoles, 4 de febrero de 2009

Presentación


La esgrima histórica es una actividad nueva, aunque sea en realidad una disciplina marcial muy antigua. Es nueva por que la esgrima tradicional, aquella que los profesionales de las armas del pasado transmitían a sus alumnos, se perdió completamente en el siglo XVIII, cuando las armas de fuego acabaron por hacer inútil la espada como arma principal del guerrero, proceso que tuvo su comienzo durante el Renacimiento y que acabaría relegando la esgrima a una disciplina de sala y, ya en el siglo XX, a deporte.


¿Alguna vez has pensado en batirte como los caballeros medievales?
¿Manejar con destreza una espada?


Todos, de pequeños, hemos soñado con la ilusión de convertirnos en caballeros medievales. Bien protegidos por nuestra brillante armadura, con un escudo en una mano y una espada en la otra, defenderíamos hasta la muerte un código de honor propio de una época dormida en el tiempo.

La Esgrima Antigua ha nacido para recuperar, desde este sentimiento, el olvidado arte de la Esgrima Antigua. Entendida como el arte marcial occidental de manejar las armas blancas, su proceso de implantación en España comenzó hace unos años por parte del Maestro de Armas Alberto Bomprezzi y la Asociación Española de Esgrima Antigua.

Consiste en recuperar, desde los antiguos Tratados conservados y desde la biomecánica de las armas, el manejo de las armas blancas occidentales –aunque eso sí, con simuladores de las mismas-. Es una labor a caballo entre la investigación histórica y el deporte. Son varias las armas que desde la Asociación Española de Esgrima Antigua se estudian, pero la más llamativa es, sin lugar a dudas, la Espada de Mano y Media.



La Espada de Mano y Media.

Es la espada larga que todos conocemos. Se trata de una espada medieval, que evoluciona desde la espada larga de guerra propia de los siglos XII y XIII a la espada de duelo entre caballeros de los siglos XIV y XV.

Es un arma de hoja recta y doble filo, con una cruz más grande y una empuñadura pensada para manejarla con las dos manos, acabando en un pomo que podía tener distintas formas. El arma puede llegar a medir, en los casos más extremos, hasta el metro treinta centímetros y su peso oscilar entre el kilo trescientos y los dos kilos. Es un arma preciosa y precisa, que permitía cortar con el filo o el contrafilo, estocar, golpear con el pomo,… etc.

La Espada Ropera.

La espada ropera es el arma que instintivamente asociamos a nuestro Siglo de Oro como parte de la vestimenta de un gentilhombre: su cruz, de largos y delgados gavilanes, su guarnición, de taza, conchas o lazo, su hoja, larga y estrecha, dotan al conjunto de una elegancia notable y un equilibrio que cualquier persona dotada de un mínimo gusto estético no puede dejar de admirar.


Por supuesto, no utilizamos armas blancas, sino simuladores de las mismas, preferentemente, armas negras sin filo ni punta que no cortan ni pinchan, tanto para aprender las diversas técnicas como para el combate.

Además, podemos utilizar otro tipo de simuladores como los wasters de madera, para sustituir las armas blancas por otro elementos de prácticas más seguros.

Sólo me queda invitaros a descubrir con nosotros la magia de este arte que estamos intentado rescatar del olvido de los tiempos.

Un saludo.